5 formas de cultivar la gratitud en tu día a día
Mientras lees este artículo sobre la gratitud, te proponemos un ejercicio: presta atención a tu cuerpo, a tu respiración, a todo lo que te rodea. ¿Dónde estás? ¿Cómo te sientes? ¿Cómo se encuentra tu respiración? Simplemente observa.
Te preguntarás qué tiene que ver esto con la gratitud. ¡Muchísimo! “Reconocer lo bueno que ya tienes en tu vida es la fundación de toda abundancia. La gratitud por el ahora constituye la verdadera prosperidad” dice Eckhart Tolle. Antes de seguir ahondando, vayamos al origen de esta palabra.
Qué es la gratitud
Según la RAE, es “un sentimiento que obliga a una persona a estimar el beneficio o favor que otra le ha hecho o ha querido hacer, y a corresponderle de alguna manera”. Ya sea tangible o intangiblemente.
La palabra gratitud deriva de la raíz latina gratus, que significa agradable, gentileza, gracia o bienvenido. De alguna manera, abarca todos estos significados.
Con gratitud, las personas reconocen la bondad en sus vidas. Es más: este sentimiento no es exclusivo de los seres humanos. Los perros, por ejemplo, también pueden manifestar el agradecimiento. Esa colita moviéndose de un lado para otro tiene mucho que decir.
Los beneficios de la gratitud
Sentir agradecimiento puede transformar la estructura molecular de tu cerebro. Más de 26 estudios demuestran que la práctica diaria de gratitud induce a un estado mental de paz y alegría.
Para algunas nociones espirituales, el poder del agradecimiento es muy profundo. La gratitud mueve montañas, dicen por ahí. ¿Tú que crees? Veamos algunos de los beneficios de cultivar la gratitud:
- Aumenta el bienestar, la sensación de felicidad, optimismo y resiliencia.
- Disminuye la presión arterial. Dicen los científicos que “un corazón agradecido es un corazón más saludable”. ¿No es hermoso?
- ¡También refuerza el sistema inmunológico!
- Mejora las relaciones personales y la relación con un@ mism@, ya que reduce el sentimiento de soledad o carencia.
- Un dato no menor: ayuda a dormir mejor, incrementa la salud mental y aumenta el rendimiento intelectual.
- Cultiva nuestra capacidad de sentir empatía, compasión y generosidad.
- Además, sentir gratitud facilita la conexión con algo más grande que un@ mism@: otras personas, animales, la naturaleza o un poder superior, que podríamos llamar divinidad.
Cultiva El poder de la gratitud
¿Es posible ser más agradecid@? ¡Claro que sí! Te compartimos algunas formas de comenzar este hermoso viaje.
Lleva un diario de gratitud
El ejercicio es simple, pero muy poderoso. Se trata de escribir, todas las noches, al menos 5 cosas por las que sientas agradecimiento. Todo vale. Desde el café que tomaste por la mañana, la charla que compartiste con una amiga o el abrazo de tu perro.
También puedes agradecer cosas inmensas, como la capacidad de respirar, de ver el sol, de tener casa y comida. E incluso puedes agradecer por momentos malos o tristes: son los que ayudan a crecer y evolucionar.
El diario de gratitud suele transformarse en un hábito precioso. Abrir el cuadernito y escribir lleva pocos minutos. Si no te sientes a gusto con la escritura, puedes pensar mentalmente esas 5 cosas por las que estás agradecid@ y sentirlas profundamente. Sin embargo, el papel tiene el poder de permanecer en el tiempo. Podrás volver a tu diario de gratitud en cualquier momento que necesites sentirte mejor.
Expresa tu gratitud con quienes te rodean
No temas decir “gracias” tantas veces como sientas necesario. Reconocer a las personas que te rodean es un gran ejercicio de gratitud. A todas por igual: desde quien te sirve el café que compras antes de trabajar hasta quien detiene las puertas del ascensor para que puedas subir. Los pequeños actos cotidianos son todo.
También puedes proponerte, cada día, agradecer a quienes amas. Una amiga o amigo, alguien de tu familia, tu pareja, tus animales de compañía. ¡Comparte este sentimiento, que así se multiplica!
Haz rituales u ofrendas
Los rituales son actos simbólicos cargados de intención. Son perfectos para transformar energías internas y cultivar otras. Aquí, tu creatividad lo es todo. Algunas ideas:
- Dar un paseo agradeciendo mentalmente por todo lo que ves.
- Caminar hacia algún lugar que te inspire gratitud y dar las gracias: un parque, un río, un templo.
- Si tienes alguna divinidad favorita, de cualquier religión, puedes armar un altar con su imagen, prender unas velitas, ofrendar algunas frutas y dedicarle unas palabras de agradecimiento. Muchas tradiciones espirituales tienen diversos rituales, el guru puja, por ejemplo.
Reconócete a ti mism@
A veces, es difícil darse las gracias a un@ mism@. Pero, con la práctica, verás que se vuelve un ejercicio poderoso: ganas confianza y seguridad, reconoces tus esfuerzos y trabajas tu amor propio.
Hay varias maneras de reconocerse. ¡Seguro encontrarás las tuyas! Por ejemplo: puedes escribirte una carta a ti mism@ y enviártela por correo o por email. Cuando la recibas, sentirás ese auto-abrazo amoroso. ¿Otra idea? Mirarte al espejo y decirte, en voz alta: GRACIAS. ¡Wow! Cuánta energía.
Medita
La meditación, además de ser inmensamente beneficiosa para todos los aspectos de la vida, también lo es para cultivar la gratitud a diario. ¿Recuerdas el ejercicio del comienzo? Sentir tu cuerpo, tu respiración… Ese puede ser un gran inicio.
Si te sientas cómodamente, cierras los ojos y observas tu respiración, ya estás meditando. Nuestra propuesta es que, en ese estado de calma, repitas internamente la palabra “gracias”, una y otra vez. Se llaman mantras a las repeticiones mentales que nos ayudan a focalizar la mente en una sola palabra. ¿Te animas? Aquí abajo te dejamos una meditación guiada.
En Conclusión
Cultivar la gratitud a diario es más simple de lo que crees, pero requiere de tu presencia. Los beneficios de hacerlo son enormes e impactan positivamente en todos los aspectos de tu vida. ¡Cuéntanos qué haces para ser más agradecid@ cada día! Queremos leerte. Y GRACIAS por leernos a nosotras ;).