Cómo empezar a meditar
¿Resuena contigo, pero no sabes por dónde comenzar? Te contamos cómo empezar a meditar y cuáles son los beneficios de esta práctica milenaria. Hazla parte de tu rutina diaria con constancia y compromiso personal. Una vez que experimentes sus bondades, verás que es una herramienta muy útil para conocerte y sentirte más en paz.
Antes de saber cómo empezar a meditar, recuerda que hay varias formas y estilos. Las técnicas más conocidas provienen de las culturas de India y China, difundidas hacia Europa y el resto del mundo.
Hay meditaciones tibetanas, hindúes, budistas, trascendentales, mindfulness y miles de variedades más. Online encontrarás variedad de meditaciones guiadas, con o sin música, con o sin mantras, en quietud o en movimiento. Lo más interesante es ir probando aquellas que despierten tu curiosidad y te hagan sentir a gusto.
Ahora sí, vamos a ponernos en tema para que tengas una idea de cómo aprender a meditar. El proceso de tomarte unos momentos para ti y bajar las revoluciones es muy gratificante.
La meditación y sus beneficios
La meditación es una antigua tradición, que se practica en todo el mundo. El objetivo es crear una sensación de calma, conciencia y armonía interior. Aunque tiene vínculos con diferentes enseñanzas religiosas, es un ejercicio mental que conduce a la relajación y a la concentración. Es para la mente lo que el ejercicio físico es para el cuerpo. Generalmente, se realiza en forma individual, en una posición cómoda y con los ojos cerrados.
Desde el campo de la psicología, la meditación se define como:
“una familia de prácticas de entrenamiento mental diseñadas para familiarizar al practicante con tipos específicos de procesos mentales.”
Científicos de Harvard evidencian que el simple acto de despejar la mente 15 minutos al día altera cómo operan los genes. Un estudio indica que las personas que meditaron durante 8 semanas manifestaron cambios genéticos. Esto se reflejó en la expresión de 172 genes que regulan la inflamación, los ritmos circadianos y el metabolismo de glucosa. Numerosos estudios han investigado sus efectos en relación con diferentes afecciones. Hay evidencia de que meditar puede:
- Reducir la presión arterial y sintomatologías de colon irritable.
- Aliviar los síntomas de ansiedad y depresión.
- Ayudar a las personas con insomnio.
- Aumentar la calma y la relajación física
- Optimizar la salud y el bienestar en general.
Existen muchos tipos de meditación, pero la mayoría tiene 4 elementos en común. Se requiere de:
- Un lugar tranquilo con la menor cantidad de distracciones posibles.
- Una postura específica y cómoda (sentado, acostado, etc.)
- Un foco de atención (una palabra, mantras o las mismas sensaciones de la respiración).
- Una actitud abierta (dejar que las distracciones vayan y vengan naturalmente sin juzgarlas).
Cómo empezar a meditar
Aquí, algunas pautas generales sobre la práctica:
- Postura: puedes meditar sentado en un cojín o en una silla. Lo esencial de la postura es que la columna esté recta e idealmente no se apoye en nada.
- Tiempo: los mejores momentos para meditar son el amanecer y el atardecer. Sin embargo, cualquier momento que te funcione está bien.
- Lugar: busca un sitio donde puedas sentarte sin interrupciones. Idealmente, un lugar tranquilo, limpio y ordenado para crear una mejor influencia en la mente.
- Duración: puedes comenzar con tan solo 5 minutos diarios y aumentarlos gradualmente hasta lograr sesiones de 20 minutos o más.
Toma nota de estos 6 consejos extra para asegurarte una práctica óptima. No son obligatorios, pero harán que tu meditación sea más fácil:
- El cuerpo no debe estar exhausto.
- La mente debe estar despierta.
- Tu barriga no debe estar llena (espera 2 a 3 horas después de una comida fuerte).
- Pon tu teléfono en modo avión durante tu práctica.
- Relaja tu cuerpo con ejercicios de respiración profunda antes de la meditación.
- Usa ropa cómoda y holgada.
Una vez que elijas tu técnica, el siguiente paso es trabajar en la construcción del hábito de meditación. Poco a poco lograrás acceder a una mejor comprensión de tu proceso.
¿Sueles meditar? ¿Qué tipo de práctica realizas? ¡Te leemos!