EMPRENDEDORA

3 Formas De Despertar Tu Creatividad Para Crear Contenido De Impacto

Lo escuchamos en todos lados: crear contenido es la nueva forma de establecer una presencia sólida de nuestra marca, darnos a conocer, y llegar al corazón de nuestra audiencia. Es algo que hoy en día como consumidores esperamos de las marcas con las que decidimos interactuar.

Así que, como emprendedoras nos consume la ansiedad mientras nos rompemos la cabeza buscando ideas originales, nuevas y diferentes para ‘crear contenido’ y comunicarlo a través de todos nuestros canales: redes sociales, blog, o newsletter. Pero, ¿desde dónde creamos ese contenido?

Contenido Genuino Es Igual A Conexión Genuina

Es cierto, la comunicación de calidad nos ayuda a diferenciarnos. Pero hay algo de lo que no se habla lo suficiente: en realidad, necesitamos que la creación de ese contenido se genere desde una intención genuina de conexión.

No tenemos que crear porque ‘todos lo hacen’ o porque ‘es lo que tenemos que hacer’. Cuando creamos desde ahí, estamos forzando el proceso, y nada extraordinario surge nunca de la acción forzada.

Más que cualquier otra cosa, crear contenido y ponerlo al servicio de quienes nos leen, nos permite fomentar un espacio para compartir con las personas a las que queremos servir, para conocerlas mejor, escucharlas, y entenderlas, sin ningún otro motivo o intención que no sea el de crear una diferencia positiva en sus vidas.

La Importancia De Crear Contenido Intencional

Cuando establecemos un contacto genuino a través de nuestro contenido, mostrando quienes somos de forma auténtica, en lo que creemos y soñamos como marca, creamos una oportunidad mutua de conocernos mejor para identificar si compartimos visiones, formas de ser y valores con quienes nos leen.

Está bien si para algunas personas la respuesta es NO. Siempre habrá quienes no resuenen con nosotras, o con nuestro mensaje, y para eso seguramente habrá otra marca u otra persona que lo haga. Como dice el meme: ‘No le puedes caer bien a todos, no eres un aguacate’. Y aun así, conozco personas a las que no les gusta el aguacate 😱.

Ahora sí, vamos con las 3 formas en las que puedes despertar tu creatividad para que fluya mejor la creación de tu contenido. Espero que estas técnicas te ayuden a conectarte con esa parte de ti que ya sabe el mensaje que quieres comunicar. Simplemente es necesario dejar que fluya a través tuyo.

1: Recuerda que no se trata de ti

Si eres parte de esta comunidad, estoy segura que para ti hacer una diferencia importa. Tu emprendimiento se trata de crear abundancia personal, claro, pero también se trata de ayudar a los demás, y crear un mundo mejor para todos.

Recuerda que allá afuera hay alguien que necesita tus talentos, tus regalos, eso que tienes para ofrecer que es único. Cuando siento que me quiero esconder abajo de una piedra porque me da miedo salir a la luz, recuerdo que no se trata de mí: se trata de ayudar a los demás, de crear para servir. El proceso es lo que importa, y aunque no hay garantías ni fórmula mágica, crear desde ese lugar te ayudará a desbloquearte.

2: La creatividad llega a través de la acción

Esto quiere decir, en pocas palabras, que hay que salir de nuestra cabeza. No esperes a que se sienta como ‘el momento ideal’. ¿Qué tal si ese sentimiento nunca llega?

El mundo necesita tus regalos aquí y ahora, este es el momento ideal. Abraza el proceso, y empieza, toma acción. Solo necesitas dar un paso. Es irónico, pero te vas a sentir lista después de tomar acción, no antes.

Cualquier paso que decidas dar, no tiene que ser enorme. Tampoco tienes que tener todo planeado. Solo tienes que dar el primer paso. Piénsalo así: un maratonista no se torno maratonista porque pensó que es maratonista. Se torno maratonista porque dio el primer paso. Literal. Entonces, ¿cuál es el tuyo?

3: La perfección no existe

No hay nada que apague más la creatividad que la creencia de que cualquier contenido que generemos tiene que ser perfecto. A veces me dan ganas de tatuar esto en mi cabeza: nadie es perfecto. Bueno, tal vez no en mi cabeza. El punto es que es imperativo abrazar nuestra propia imperfección, porque es la que nos hace humanos.

Ahora, no confundamos esto con el trabajo mal hecho. Lo que sea que decidamos crear, tiene que ser creado desde la profundidad de quienes somos y utilizando todas las herramientas que tenemos a nuestra disposición en ese momento para crear el mejor resultado.

Pero hay una realidad: solo la práctica nos hace mejores. Y, si nunca practicamos, nunca vamos a mejorar, ¡así de simple! Es hora de aceptar que eso que decidas compartir ahora probablemente no se convierta en una obra maestra, si apenas estás comenzando.

Es más: si sigues tu proceso de desarrollo, y practicas, y fallas y vuelves a practicar, probablemente mires atrás en un par de años y te vas a preguntar qué estabas pensando. Así como cuando vemos fotos de nuestras elecciones de ropa cuando éramos teenagers.

Y para muestra, basta un botón: